Hoy una encuesta muestra que un 74% de los ciudadanos entre los 18 y los 25 años tienen una imagen desfavorable del presidente Duque.
Después de casi 70 años de presencia de agencias oficiales e internacionales y no gubernamentales el país adolece de una serie de problemas estructurales que se repiten y profundizan. ¿Debería la ayuda al desarrollo reconsiderar sus objetivos?
Los jóvenes de Colombia están en la primera línea de las protestas contra el Gobierno de Iván Duque que han desatado enfrentamientos con la fuerza pública en las calles. Son esos manifestantes los que han arrinconado al Ejecutivo, al punto de forzarlo a retirar la fallida propuesta de reforma tributaria que detonó las movilizaciones. También son los jóvenes los que han puesto los 24 muertos que se cuentan hasta este miércoles, cuando se cumple una semana de marchas en el marco del llamado paro nacional, en medio de confusos episodios de brutalidad policial que han sido condenados por los organismos internacionales.
A demonstrator holds a sign reading ‘They are killing us’ during a protest against a tax reform proposed by Colombian President Ivan Duque’s government in Bogota, on May 4, 2021. – The international community on Tuesday decried what the UN described as an ‘excessive use of force’ by security officers in Colombia after official data showed 19 people were killed and 846 injured during days of anti-government protests. (Photo by Juan BARRETO / AFP)
Los manifestantes se han volcado a las calles a pesar de que el país atraviesa el peor momento de la pandemia, una tercera ola de contagios con los hospitales cerca del colapso. “Hay gente muriendo de hambre, no es solamente por covid … la peor pandemia es el racismo”, señaló a este periódico Isamari Quito, una estudiante de Derecho de 20 años vinculada a organizaciones del “pueblo negro”, en medio de las primeras marchas en Bogotá. “Básicamente esto es una cacería”, valora Luna Giraldo Gallego, estudiante universitaria en la ciudad de Manizales, que ha salido a marchar todos los días desde el 28 de abril y ha inhalado en más de una ocasión los gases lacrimógenos del Escuadrón Móvil Antidisturbios, el Esmad.